Susan Ashworth es una solitaria mujer cercana a la mediana edad que rehúye a las personas y solo encuentra la felicidad en alimentar a los gatos callejeros. Cansada de todo, recurre a las pastillas para quitarse la vida, sin embargo, no solo no obtiene el resultado esperado, sino que lo que prometía ser una muerte liberadora se convierte en el viaje a un mundo de pesadilla en la que una aparente encarnación de la muerte le encarga una extraña misión que tiene que cumplir en su nombre; volver al mundo de los vivos y destruir a los que ella llama «los parásitos».
Viva otra vez, Susan despierta internada en un hospital psiquiátrico para descubrir que su mundo ha entrado en una onírica espiral en la que es difícil saber qué es real y qué es producto de la enfermedad mental o del uso de las drogas, y por la que desfilan extraños personajes, algunos con buenas intenciones, otros con no tan buenas, y otros que definitivamente no son lo que parecen ser.
El juego fue desarrollado en 2012 por el sello polaco Harvester Games (@harvestergames), estudio indie especializado en juegos de terror. Su autor, Remigiusz Michalski, gran fan de Stephen King, trabajó en esta oscura y terrorífica historia durante tres años usando el Adventure Game Studio, prácticamente en solitario, construyendo una aventura gráfica clásica en la que las extrañas imágenes que se presentan resultan menos perturbadoras que la desesperanza que emana de nuestra protagonista y del resto de personajes que acompañan a Susan en su regreso del mundo de los muertos. El tono de la historia es en ocasiones extremadamente sombrío; los personajes conversan sobre suicidio, depresión, soledad o enfermedades terminales a lo largo de esta historia en la que las situaciones, actitudes y reflexiones, aunque vengan contadas de una forma surrealista, son muchas veces dolorosamente reales.
Los gráficos, sin ser una maravilla, son muy adecuados para la historia que nos quiere contar. Da la impresión de ser imágenes digitalizadas en baja resolución y con toscas animaciones, pero con un buen uso de una paleta limitada de colores, como en el hospital, donde apenas hay otros tonos que el azul de las batas y el rojo de la sangre, consiguiendo así un particular resultado. Las imágenes y animaciones, cercanas al collage y con un montaje con estética de videoclip, nos remite a los 90 y al arte relacionado con el movimiento grunge (no es casualidad que en determinado momento se mencione un icono de dicho estilo musical como fue Kurt Cobain). Además de esas referencias musicales, la historia se apoya en otras imágenes emblemáticas de los 90 como es el cine de psychokillers, de gran éxito en esa década con películas tan icónicas como El silencio de los corderos (1991), Seven (1995) o Copycat (1995).
Respecto al sistema de juego, se basa principalmente en el desplazamiento de nuestra protagonista de derecha a izquierda de la pantalla, indicándonos el mismo juego, cuándo podemos interaccionar con tal o cual personaje u objeto. En ese sentido, se puede decir que es bastante intuitivo, pues con solo cuatro teclas se puede manejar el juego. Por otra parte, aunque hay algún puzle más complicado, en general no es demasiado difícil, y las soluciones son muchas veces evidentes.
Como crítica, en mi opinión, a veces los diálogos son demasiado largos, y si bien son interesantes, en ocasiones te da la sensación de estar más tiempo leyendo que jugando, lo cual no tiene por qué ser necesariamente malo.
En cuanto a esos diálogos, se puede decir que están muy bien narrados en inglés, con personajes cuyas voces son realmente inquietantes (el exterminador de plagas, por ejemplo). Además, a los diálogos les pueden acompañar subtítulos en diferentes idiomas, incluido el español, y sin ser una traducción perfecta, es bastante buena. La música está perfectamente integrada en el juego, sonando determinadas melodías en los momentos de máxima tensión. La banda sonora principal está compuesta por Michael Michalski, hermano del autor del juego, y tiene todos los componentes para crear un ambiente opresivo y oscuro, aunque incluye otros temas más roqueros de diferentes grupos que suenan en los momentos oportunos y suelen acompañar a las escenas más videocliperas del juego.
En general, The Cat Lady es un juego que merece la pena jugar, es quizás uno de tantos juegos que puedes encontrar en Steam, pero con la suficiente personalidad como para brillar con luz propia (aunque en este caso puede que no sea la metáfora más acertada). A pesar del aparente mal rollo que parece destilar, en el fondo acabamos empatizando con la protagonista, con su misantropía, con sus maleducadas respuestas y, sobre todo, con ese camino de redención que recorre intentando volver a recuperar la humanidad perdida. ¿Lo conseguirá?
Por EJVG ( @eduvillagal)
